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27 de noviembre de 2012

EL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO. HISTORIA DE UN EXPOLIO.


Recostado en las laderas de la Sierra de María, en la comarca almeriense de los Vélez encontramos el pueblo de Vélez Blanco. Sus muy limpias y cuidadas calles, sus edificios monumentales, como la iglesia de Santiago, sus casas con preciosistas rejas ornamentales en sus ventanas nos hablan del cuidado de sus gentes por su lugar y terruño que desgraciadamente no fue compartido en su momento por sus próceres como en breve vamos a contarles.

Domina el caserío el impresionante castillo que en el siglo XVI ordenó construir don Pedro Fajardo y Chacón (1478 ó 1484 – 1546), primer marqués de los Vélez. Fue este don Pedro hombre de armas al servicio de los Reyes Católicos cuyo linaje, por sus “desmesuradas fazañas” que diría nuestro buen don Quijote, fue recompensado con el título de Adelantado del territorio de Cartagena.

Con la unificación de los reinos de las Españas, las tierras de costa, teórica nueva frontera con  la morisma, pasan a depender directamente de la Corona. Por ello don Pedro Fajardo sufre lo que hoy llamaríamos un traslado forzoso a tierras almerienses con una permuta obligada del señorío murciano por el velezano.  Quizás por ello, por sentirse de algún modo despechado, erige don Pedro su magnífico castillo-palacio en el que se monta una pequeña corte para su uso y disfrute privado.

Para darle más brillo nobiliario casa el marqués, en segundas nupcias, con Doña Mencía de la Cueva, descendiente de los Duques del Infantado, nada menos. Los aficionados a la heráldica verán la alternancia de escudos de ambas familias, los Fajardo y los del  la Cueva, en las fachadas del castillo.

En el párrafo anterior nos permitíamos definir el edificio como castillo-palacio. Y así es. Fue construido entre 1506 y 1515 a caballo entre el mundo gótico y el renacentista. Así, el aspecto exterior es el de una imponente fortaleza militar que tiene adaptadas sus defensas a las nuevas armas de artillería. Presenta una planta exagonal, construída sobre la roca viva con fuertes baluarte poligonales en las esquinas, que evitan los ángulos ciegos en el campo de tiro.

Detalle del patio en su estado actual.
En contraste, su patio interior y los salones nobles responden en su estilo al más brillante primer Renacimiento español. En 1512 don Pedro Fajardo visitó el Castillo de la Calahorra, en el Marquesado granadino, propiedad de la familia de su esposa. Es muy posible que de su maravilloso patio renacentista sacase la idea para la construcción del de su propio castillo, aunque manteniendo algunas tradiciones hispanomusulmanas: el patio es irregular y la entrada lateral, propia de la casa musulmana.

El friso de Hércules. Es fotografía de otra fotografía.
Detalle del friso de Hércules. Fotografía de otra fotografía.
Decoraban sus dos grandes salones nobles, el del Triunfo y el de la Mitología, un conjunto de diez bajorrelieves en madera, monumentales frisos de 0,7 m. de alto por casi 6 de largo. La primeria serie recoge los triunfos de César y la siguiente los trabajos de Hércules. Ni que decir tiene que la identificación de ambos héroes, el mitológico y el histórico, con el señor Marqués se daba por hecha. Arte, ideología y poder están casi siempre unidos.

Pero nada de todo esto, ni patio ni frisos podemos ver hoy en el castillo de los Vélez. Ni siquiera en España. Es esta la triste historia de un expolio, no santo ciertamente, perpetrado por esas clases nobles, en muchos casos dirigentes, que se inflan como globos con palabras como patria y honor. Globos vacuos, evidentemente. Es el caso que en 1903, el duque de Medina Sidonia, propietario del por entonces arruinado y maltratado monumento, vendió (así, como suena) el patio piedra por piedra y los relieves tablero por tablero.

Los bajorrelieves pasaron a manos del coleccionista francés Emile Pierre, que posteriormente los donó al Louvre. En sus sótanos estuvieron olvidados y almacenando polvo durante años hasta que reaparecieron y hoy están expuestos en el Museo de Artes Decorativas de París.

Gárgola original que se conserva en el patio actual.
La historia del patio es más triste si cabe. Fue vendido en 1904 al marchante francés Godberg por unas tristes 80.000 pesetas. Quizás una fortuna para la época, pero no por ello menos tristes. Hay que tener en cuenta que en esos años no había ninguna ley de protección del Patrimonio. Habrá que esperar a la República, como con tantas más leyes modernas, para que exista. Sí se alzaron algunas voces de protesta pero Almería era demasiado periférica como para que la indignación llegase hasta Madrid. En París los magníficos mármoles de Vélez Blanco fueron comprados por el multimillonario americano G.Blumental quien con ellos se hizo su propio palacio en su tierra.

Estado actual del patio en el Metropolitan. Es fotografía de otra foto.
Finalmente, el patio reconstruído fuedonado al Museo Metropolitano  de NuevaYork, donde está instalado y se puede admirar como una sus piezas fundamentales. Aquí nos quedó alguna pobre figurita y se remató el crimen con una reconstrucción horrorosa, de juzgado de guardia, de la que ya nos ha hablado nuestro compañero José Luis en su entrada “El horror nuestro de cada día…” Me han contado que ya se ha llevado a cabo un trabajo de digitalización del patio original para la  construcción de un “Neopatio”. El problema estriba en que ni los tiempos están para grandes gastos, ni la ley suficientemente clara como para que un juez no echara para atrás el proyecto como ya ha ocurrido alguna vez. Tendremos que esperar ¿años…siglos? mejores.

Fotos realizadas por el autor (incluso las fotos de fotos, sacadas de paneles informativos del propio castillo). Recomiendo verlas a toda pantalla "pinchando" en la que nos interesen.

11 comentarios:

José Luis Rodríguez dijo...

Excelente artículo. Ojalá mueva conciencias.

Beatriz dijo...

Hola! Soy estudiante de Historia del Arte, y he encontrado tu blog de casualidad. Después de leer varias de tus entradas, me he quedado con las ganas de felicitarte a la vez que darte las gracias por escribir este blog. Seguiré leyendo muchos de tus pots, ya que no sólo me atraen los temas sino que tu manera de contarlo me ha enamorado. Lo dicho, gracias! :)

Daniel García-Parra dijo...

Gracias Beatriz

Marcial Fernández dijo...

Gracias, Daniel García-Parra. Por fin me entero de todos los detalles referentes a ese interesante castillo. Vivo en Nueva York y me he interesado en el castillo en cuestión desde que vi el magnífico patio, que desde 1964 se encuentra en el Museo Metropolitano de esta ciudad. Tengo una gran cantidad de fotos de gran resolución tomadas por mi mismo al patio y sus detalles. Justamente ayer mismo tomé otras. Si usted quisiera usar algunas de mis fotos para su artículo, no tiene más que decírmelo.

Daniel García-Parra dijo...

Gracias Marcial: encantado de compartir datos e imágenes si tal es tu interés.

David Cespedes dijo...

Si me lo permites una puntualización. Afirmas que tuvo que venir la República para redactar una Ley de Patrimonio puesto 8que hasta entonces no existía ley alguna.
Real Cédula de 1803. Precaria pero la primera norma que habla de conservar los Bienes. Aún no se generalizado el término patrimonio.
Ley 1911 llamada de Excavaciones Arqueológicas. No dirigida al patrimonio pero tras la inoportuna venta de la Dama de Elche en 1897 quiere atajarse tales prácticas y la ley favorece la intervención del Estado con derecho a tanteo y retracto.
Ley 1915 para proteger Monumentos Histórico-Artísticos
Decreto Ley 1926 que dicta la catalogación como medida de protección obligando a propietarios a proteger y cuidar sus Bienes
hasta que efectivamente, se promulga la interesante Ley de Protección del Tesoro Artístico Nacional en 1933 con la II República.
Ley tan oportuna que estuvo vigente hasta la nueva Ley sobre Patrimonio de 1985, el gobierno franquista era consciente del beneficio de la Ley.

A mi juicio, la venta del patio no ocurre por falta de Legislación. Esos primeros años del XX hablar de Patrimonio era complicado. Las desamortizaciones anteriores causaron estragos en muchos casos y apenas había control en tales operaciones.
¿Aberración la venta del patio? Si, visto hoy. Visto desde el año 1903 es otro cantar y no debemos crucificar hechos anteriores por sistema.
Perdona las faltas pero escribir desde el móvil es para manitas.

David Cespedes dijo...

Fuente: Patrimonio Historico-Artìstico. Editorial Ramon Areces. UNED. Varios autores

Daniel García-Parra dijo...

Gracias por tu aportación clara y seria. Otra cosa sería la discusión sobre el relativismo histórico que planteas. Daría para todo un congreso sobre el tema.

Anónimo dijo...

Gracias por este artículo.Me encanta su blog
Y ahora deberíamos preguntarnos ¿a quién le pasaría por la cabeza reclamar al Metropolitan de NY la devolución del hermoso patio renacentista? Es un caso paralelo a lo ocurrido con las obras de Sijena, adquiridas legalmente a la comunidad del convento y, además, salvadas del abandono en que se encontraban.

Miguel AR dijo...

Este expolio me toca la fibra de manera especial, no sólo como amante de nuestro patrimonio histórico-artístico sino por mi vínculo con Vélez Blanco, pueblo de mi abuela que nació precisamente 3 años antes de que se produjera. Me queda la esperanza de que mi abuelo sin embargo, mucho mayor que ella y natural de María, pueblo vecino que da nombre a la Sierra sobre el que se asienta, pudiera disfrutar en sus años mozos de la presencia del patio renacentista en su enclave original del que nunca debió salir. Dicen los entendidos que dentro de lo malo hubo suerte de que finalmente cayera en manos de un gran amante y coleccionista de arte como George Blumenthal, pues de lo contrario quizás hoy estuviera desaparecido o desperdigado por el mundo en fragmentos. Bueno, un consuelo menor. Dado que recuperar algo que ha acabado en el Metropolitan de NY es una utopía se planteó la reconstrucción del patio y el verano pasado obtuvo el visto bueno, así es que parece que el segundo consuelo está más cerca.

Christina Fajardo dijo...

I enjoyed reading this blog so much. My maiden name is Fajardo so I was doing research to find where my family originated.