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26 de enero de 2013

ARTE E IDEOLOGÍA: BRUEGHEL, LUTERO Y ERASMO.


He recibido una carta de nuestro compañero y colaborador Daniel Castillo en la que nos plantea un tema recurrente en estas páginas virtuales: la profunda imbricación del Arte en las estructuras ideológicas y políticas de cada época determinada. Dicho de otra manera, el artista no vive en un Parnaso por encima de del común de los hombres sino que su obra responde, por acción o reacción, a las premisas de los poderes que determinan la sociedad en la que vive.
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...Te mando unos textos de Erasmo y de Lutero (¡ah! ¡qué maravillosos escritores los dos, y qué espíritus tan contrapuestos y atractivos cada cual a su tremenda manera!) que me vinieron a la cabeza en la última visita al Prado, viendo el cuadro de Brueghel el Viejo, "El vino de la fiesta de San Martín". La idea es la de la tipificación platónica del pueblo, durante el Renacimiento, como masa irracional, incapaz de mesura y autodominio, e incapaz de participación política, por tanto; y homólogamente y siguiendo en clave platónica, la caracterización de las pasiones, en términos políticos, como el pueblo en la ciudad de la psique.

«Si hay que sufrir injusticia, es de preferir sufrirla de la autoridad a que la autoridad la sufra de sus súbditos. El pueblo no tiene ni conoce la medida y en cada individuo se esconden más de cinco tiranos. Es mejor sufrir injusticia de un solo tirano, es decir, de la autoridad, que sufrirla de innumerables tiranos, es decir, del pueblo.»
Lutero, Sobre si los hombres de armas pueden estar en gracia. (1526)

Detalle de "El vino de la Fiesta de San Martín". Brueghel el Viejo.
«Los campesinos no sabían qué cosa tan preciada es la paz y la seguridad, cuando uno puede disfrutar su comida y su bebida alegremente y con seguridad, y no le daban las gracias a Dios por ello; Dios tuvo que enseñárselo ahora de esta manera [derrota de los campesinos rebeldes en la batalla de Frankenhausen] para que perdieran el prurito. Para los señores fue también de utilidad saber lo que se esconde en el pueblo y qué confianza podían depositar en él, para que, en lo sucesivo, aprendan a gobernar rectamente y a cuidar el país y sus caminos. Ya no existía gobierno ni orden. Todo estaba abierto y era superfluo, pues tampoco había en el pueblo respeto ni temor. Cada cual hacía lo que quería. Nadie quería dar nada y, sin embargo, querían vivir disipadamente, emborracharse, vestirse y estar ociosos, como si todos fueran señores. El burro pide palos y el pueblo quiere que se le gobierne con fuerza; esto lo sabía muy bien Dios y por eso puso en manos de la autoridad no la cola de zorro, sino una espada.»

«¿Se ha oído alguna vez algo peor educado que el pueblo y los locos campesinos cuando están satisfechos y consiguen el poder?; como dice Salomón en Proverbios 30, 31, 22, a esa gente no la puede soportar la tierra.»

Lutero, Carta sobre el duro librito contra los campesinos. (1525)


«De estas fuentes deduce Orígenes, no sin razón, la división tripartita del hombre: el cuerpo o la carne, nuestra parte más vil, donde, por culpa de nuestros padres, la antigua y astuta serpiente imprimió la ley del pecado por la que somos provocados a los vicios y nos unimos al diablo si somos vencidos.
El espíritu, por el que expresamos la semejanza con la naturaleza divina, y en el que el dedo del Creador esculpió esa ley eterna de lo recto, nacida del arquetipo de su misma mente, es decir, conforme a su Espíritu. Por esta parte nos unimos con Dios y nos hacemos una misma cosa con Él.
La tercera parte, en fin, que está entre estas dos, es el alma, y en ella residen los sentidos y demás sentimientos naturales. Como quien reside en una ciudad dividida en facciones, el alma no puede dejar de alinearse con una de ellas. Está solicitada continuamente por una y otra parte, pero ella es libre de inclinarse por el partido que quiera. Si, venciendo a la carne, se inclina hacia el bando del espíritu, se hará espiritual. Pero, si se rebaja a los deseos de la carne, degenerará en carnalidad. »
Erasmo de Rotterdam, Enchiridion. (1503)

Autor: Daniel Castillo
Fotos obtenidas en Internet.



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