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10 de diciembre de 2011

FOTOS PROHIBIDAS

Observen la foto, por favor. Es el interior de una iglesia; para mí es una foto vulgar a simple vista que no tiene nada especial, aunque en Picasa es bastante visitada. Bien, sobre gustos no hay nada escrito.  Pero tiene su historia: es una foto prohibida.

Quizás tenga que explicarme; me refiero a que la hice en un monumento en que estaba expresamente prohibido hacer fotos. Últimamente, cada vez en más lugares que podemos considerar como parte de nuestro patrimonio, se ponen trabas a que los ciudadanos –dueños y mantenedores de dicho patrimonio a través de nuestros impuestos y pago por visita- podamos hacer fotos. Hay diversos niveles de molestar al honrado visitante portador de cámara, a saber.

Una la prohibición pura y dura; es el caso de los monumentos del Patrimonio Nacional o lugares reales. No sé si al Rey, Reina, princeses o infantas les molesta que nos llevemos un recuerdillo o una imagen que exponer a nuestros alumnos para mostrarles que más allá del Burri- King también hay vida. También es el caso de muchas iglesias en que obispos, chantres o misacantanos nos dicen que cámaras al bolso incluso tras pagar en tántas ocasiones cuatro euretes sin consideración a jubilados o militares sin graduación. Que digo yo: me parece correcto en caso de que haya alguna ceremonia eclesial o divina; pues nos esperamos a que la comunicación con lo divino termine por no molestar. Ahora bien, si te cobran como si el recinto sagrado fuese una atracción turística creo que estamos en nuestro derecho de actuar como turistas. Y si no te han cobrado pero la conexión celestial está momentáneamente interrumpida, pues también.

Otra es la prohibición de usar flashes y/o trípode. Sinceramente, lo de no poder utilizar el flash hay casos, muchos, que lo entiendo. Allí donde haya pinturas u objetos delicados que les dañe la luz, está totalmente justificado. Pero ¿el trípode? Eso son ganas de dar por alma sabiendo que en un recinto de mala iluminación si no usas flash ni trípode te salen las fotos como a mi tío Fruela que parecía que las hacía todas en caída libre y tras tres copas de Soberano. ¿Qué daña el trípode? ¿Quizás la venta de las horrorosas postales del bohío montado en la salida?

El caso más absurdo me ocurrió en las ruinas de Numancia, al aire libre, bajo un precioso sol otoñal. Saqué mi trípode para realizar una panorámica (son varias fotos que se solapan por sus extremos y es trabajo delicadillo) y me vino un vigilante para advertirme que el chisme de las patitas estaba prohibido. ¿Por qué? Porque sí.

Vamos a ver; para bien o para mal, gracias a la digitalización, todo el mundo tiene su cámara y le gusta hacer sus fotos: para el recuerdo, para dar la paliza a los amigos, para publicarlas en Internet o para utilizarlas como material de trabajo. Para lo que sea. Cierto es que hay lugares o momentos en que no es correcto sacar la maquinita y también es tristemente cierto que allí donde se prohíbe el flash por causas más que justificadas mucho maleducado no hace ni caso; pues que se les sancione a ellos, no a a todos. Pero respetando las normas mínimas imprescindibles de conservación del edificio u objeto artístico ¿qué daño hace sacar nuestra foto? ¿No será por el contrario que, dadas las inmensas facilidades de publicación, lo que hacen esos miles (millones) de fotógrafos aficionados es expandir el conocimiento de preciosos lugares en muchos casos desconocidos?

Y sobre todo: estamos hablando de patrimonio artístico, es decir, de algo nuestro, de todos los ciudadanos. Así que guardando el debido respeto por  todas las medidas tendentes a protegerlo, tenemos el derecho de disfrutarlo. Incluso haciendo fotos.

Por tanto, no me avergüenza en absoluto decir que la foto que nos acompaña es una foto robada o prohibida: la hice sin flash, a pulso y a unas piedras que no creo que se molestasen por ello. En cuanto al cura, porque iglesia era, lo siento caballero pero la preciosa restauración del templo la pagué con mis impuestos. ¿Le importa que haga una foto?

Foto: no me atrevo a decirlo vayamos a...

6 comentarios:

Vicente Camarasa dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo

José Luis Rodríguez dijo...

Bueno, ya conoces mi cruzada personal, de hacer fotos a zorrombollón en toda iglesia en la que me dejen entrar, y la de hacer constar por escrito mi desacuerdo cuando el vigilante de turno(clérigo o laico) me prohiba acceder con cámara a cualquier recinto de uso público (y por el que muchas veces, demasiadas, cobran el acceso). Por cierto, que ni una sola vez se han dignado contestar a mi reclamación, ni siquiera con un e-mail diciendo "recibido". Acepto lo del flash ante las pinturas o frescos, pero me parece un atropello la descarada intención de que pases por caja para comprar la postal. Y me pregunto si no es más atentado artístico las vestimentas de algunos/as, o los gritos y carreras de niños malcriados.

Samuel17993 dijo...

Toda la razón. Lo que pasa es que quieren sacar pasta; mas tienen esas tonterías de las velas, y da mucha pela... Y la pela, pues pela las bananas de quienes se encargan del monumentos que sea; que si hacen una foto y la distribuyes fácilmente la gente puede verlas e incluso decir: "Pues no voy", y eso jode bastante al señorito de turno.

Puedo entenderlo cuando es algo privado, privadísimo, pero cuando es una obra financiada por nosotros y/o pública es ya, tócate...

La pena es que la gente no vaya a visitar esos sitios; yo en al carrera, en las clases de Arte, nos toca casi todo, excepto un viaje a León, verlo todo mediante fotos. Ojala pudiéramos poder verlos directamente y no con fotos, pero es así.

Un saludo de Samuel.

Carlos dijo...

Sera la influencia nefasta de TELE5, y lo que les gusta es que les "robemos" las fotos para después poder ir a "Condename deLuxe" y argumentar que son solo amigos...

Anónimo dijo...

Hola Daniel, a través de tu foto llegue a tu blog y leo esta magnifica publicación en voz alta que no puedo estar mas de acuerdo, en alguna ocasión también he sufrido lo del dichoso trípode, que como tu bien dices que daño hace? En fin suscribo todo tu comentario.
Un abrazo Daniel.

Isidoro m.

Recesvintus dijo...

Comparto vuestro modo de ver el tema, maese Daniel. A cada impedimento que considerásemos poco razonable o abusivo, deberíamos de reclamar y exigir, al menos, una lógica explicación del porqué de tan absurdos límites y, si no la hubiera, hacer constar una queja formal.
Recibid un muy cordial saludo.

P.D.: Intenté editar el mensaje y lo borré, de ahí que apareciese como "eliminado por el autor"