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19 de diciembre de 2011

EJERCICIO DE INTERPRETACIÓN



Nos comentaba en su artículo “El Platonismo en el Arte Contemporáneo” nuestra compañera Laura Mínguez  que ilusamente pensamos que no se precisan códigos de interpretación para el arte que, por ahorrar palabras, voy a llamar figurativo. Y no es así. ¿Se imaginan ustedes qué interpretaría ante una “Crucifixión” un ateniense del siglo V antes de Cristo? ¿De un señor clavado en dos maderos cruzados?

Se han necesitado siglos de estar inmersos en la extraña iconografía del cristianismo para que identifiquemos a un crucificado con un dios, a las figuras al pie con una madre nada menos que virgen y un jovencito, Juan, que representa a la humanidad redimida. Que los de las cruces de los lados, cuando aparecen, no son otros dos dioses sino que, estos sí, se trata de dos ladrones aunque uno bueno (Dimas) y otro malo que no tengo ni idea de cómo se llamaba. Insisto: ¿vería algo de todo eso un ateniense del siglo V o diría aquello de “estos romanos están locos”? (perdón por el anacronismo)

El que se volvió loco el otro día fui yo al querer interpretar la figurita de la foto de inicio del artículo. El altorrelieve del busto de una chiquilla semidesnuda que se encuentra en la fachada principal del convento de San Esteban de Salamanca. Es del siglo XVII y su autor es el escultor Martín Rodríguez. Una cara pura, inocente; pechos incipientes más resaltados que cubiertos por un tenue velo; unas ramitas de alguna planta que la circundan y todo ello inscrito en un tondo o medallón con una guirnalda de hiedra que marca los límites. Hasta ahí llega la identificación pero, ¿quién es la chiquilla y qué pinta en la fachada de un convento? Antes de continuar leyendo, si no les he aburrido ya, ruego miren la foto e intenten llegar ustedes mismos a una conclusión. ¿Ya?

En este caso el artista nos ha dado los códigos: sólo hay que interpretarlos. La plantita que rodea a la muchacha es una rama de manzano (se ven las manzanitas) y ella está casi desnuda… Eva, madre de la Humanidad, Eva y su manzana. Eva en toda su primigenia belleza.

No estaba fácil ¿verdad? Pero ¿tiene importancia el significado o sólo importa el disfrute de la belleza de la imagen? A su criterio lo dejo.

Post datum. Ya que hemos hablado de crucifixión, les dejo también la imagen de una maravillosa que preside la fachada del antedicho convento de San Esteban , a ver si son capaces de identificar todas las figuras que aparecen e incluso una batalla contra los centauros. Les prometo que está ahí; sólo amplíen la foto a su tamaño pinchando en la misma y disfruten mirando.


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