Select a language

15 de julio de 2011

UNAS VACACIONES HISTÓRICAS




Cómo disfrutar de unas vacaciones que hagan historia:

1.- Leyendo alguna buena novela histórica. Para no complicarnos mucho la vida ahí tenemos toda la saga de Licinio Cato de Simon Scarrow;  son ocho novelas que nos retratan a la perfección la vida y el funcionamiento de las legiones romanas en la época altoimperial. Da para muchas vacaciones. Para los que no les gusten los romanos, últimamente me ha llamado la atención una obra que se llama Evolución, de Stephen Baxter. Es una historia de la evolución humana desde los proto-primates; está seminovelada y resulta francamente interesante y de fácil lectura para la hora de la siesta.

2.- Leyendo alguna buena buena biografía o biografía novelada. Por ejemplo El poder y la gloria de Irving Wallace, lo mejor y más entretenido que pulula por ahí sobre Miguel Ángel. Si las tapas nos han sentado mal, coger un libro de Pío Moa o de César Vidal limpia los intestinos indefectiblemente.

3.- Visitando las piedras viejas del lugar donde estemos o de nuestra propia ciudad. Hasta en el sitio más superturístico-guay-delamuerte encontraremos una ermita, una iglesia, un castillo o unas ruinas que nos enganchen un poco más con nuestro propio pasado.

4.- Charlando con, o mejor, escuchando al padre, al abuelete o al tito del pueblo que siempre tienen algo que contar y casi nunca a quien contarlo. Nos puede llegar a asombrar su historia. Ya que estamos, la forma ideal de hacerlo es llevándoles a comer a un sitio que les guste y delante de una botella de vino o una jarra de cerveza helada. Exactamente lo mismo, a ser posible otro día, con la madre, la abueleta o la tita.

6.- Ideal sería estar en un lugar donde haya un museo, museíto o exposición medianamente interesante para darnos un paseíto antes o después de que haga demasiado calor. Pueden llegar a asombrar las joyas que esconden nuestros pueblos en sus humildes museos municipales.

5.- No hacer nada de todo lo antedicho, tirarnos a la Bartola (?), olvidarnos de báscula y colesterol y disfrutar como cochos del dolce far niente (o como se escriba).

6.- Y todo ello compartido

Sé que no he sido muy original en mis propuestas, pero es que tampoco lo soy en mis gustos. Así que a todos, felices vacaciones y a la vuelta nos volvemos a escribir.

Foto: playa de Deba (o de Deva). Guipuzcoa.
 

1 comentario:

Antonio dijo...

Yo llevo un verano de lujo, viajes continuos de ida y vuelta a bibliotecas donde leo muchos libros, paseos en bicicleta a salas de estudio para memorizar pasajes de esos libros, catando una gran variedad de cápsulas de café, ...

vamos, un verano precioso !! XD